Satélite natural
Es todo cuerpo celeste no artificial que orbita alrededor de otro, generalmente más grande. El concepto se refiere a todos aquellos que también reciben el nombre de “lunas” y se mueven en torno a los planetas del Sistema Solar, aunque pueden hacerlo alrededor de planetas enanos e incluso otros cuerpos más pequeños como los asteroides.
Características
Ahora que ya sabes qué es un satélite natural, te contamos sus
características:
- Son cuerpos celestes sólidos.
- Por lo general, están desprovistos de atmósfera.
- Se mantienen en sus órbitas y no se alejan o acercan demasiado a los planetas que rodean por la atracción gravitacional. Conforme los primitivos planetas crecieron, adquirieron un campo gravitatorio capaz de mantener otros cuerpos cerca de sí.
- Tal como la Tierra se mueve alrededor del Sol, los satélites naturales se mueven alrededor de un cuerpo más grande, es decir, orbitan.
- Su formación se debe a distintos procesos del Sistema Solar. Algunos se formaron a partir de nubes de gas y polvo que se encontraban alrededor de los planetas durante los primeros años del Sistema.
- No todos tienen el mismo tamaño. Unos son más grandes que la luna de la Tierra, pero otros son mucho más pequeños que esta. La luna más grande mide 5,262 kilómetros de diámetro, pertenece a Júpiter y se llama Ganímedes.
- Muchos son esféricos, mientras que otros presentan una forma muy irregular.
- Sus órbitas pueden ser regulares o irregulares.
- Orbitan a diversos períodos de tiempo. La luna de la Tierra tarda aproximadamente 27 días en completar una vuelta, pero Ganímedes completa su órbita en 7.16 días.
Tipos
Según sus órbitas, existen 2 tipos básicos:
- Satélites naturales regulares: son aquellos que giran alrededor de un cuerpo en el mismo sentido en el que este gira en torno al Sol. Así, si la luna gira de este a oeste y su planeta también, es un satélite regular porque está en órbita directa alrededor del cuerpo más grande. Ejemplos: Ío, Ganímedes, Europa, Tetis, Titán, Miranda, Ariel y Oberón.
- Satélites naturales irregulares: sus órbitas siguen órbitas muy alejadas de sus planetas, debido a que es posible que no se hayan formado en ellas, sino que pudieron ser “capturados” por la atracción gravitacional o haber sido alguna vez cometas. Asimismo, sus órbitas son muy elípticas y muy inclinadas. Ejemplos: Febe, Himalia, Leda y Nereida.
Satélites por planeta
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por
sus siglas en inglés) indica que se ha confirmado la existencia de al
menos 146 lunas o satélites naturales de planetas en el Sistema Solar,
pero otras 27 están a la espera de ser oficialmente confirmadas. En adición,
existen 6 lunas de planetas enanos y otras mucho más pequeñas que se mueven en
torno a algunos asteroides y cuerpos celestes más.
A continuación, te contamos cuántas lunas tienen los planetas del
Sistema Solar y cuáles son sus nombres:
Mercurio: no tiene lunas.
Venus: no tiene lunas.
Tierra: 1 luna: Luna.
Marte: 2 lunas: Fobos y Deimos.
Júpiter: 50 lunas: Ío, Europa, Ganímedes, Calisto, Amaltea,
Himalia, Elara, Pasífae, Sinope, Lisitea, Carme, Ananké, Leda, Tebe, Adrastea,
Metis, Calírroe, Temisto, Megaclite, Táigete, Caldona, Harpálice, Cálice,
Yocasta, Erínome, Isonoé, Praxídice, Autónoe, Tione, Hermipé, Aitné, Eurídome,
Euante, Euporia, Ortosia, Espondé, Calé, Pasítea, Hegémone, Mnemea, Aedea,
Telxínoe, Arce, Kallichore, Heliké, Carpo, Eukélade, Cilene, Kore y Herse.
Saturno: 53 lunas: Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rea, Titán,
Hiperión, Jápeto, Erriapo, Febe, Jano, Epimeteo, Helena, Telesto, Calipso,
Kiviuq, Atlas, Prometeo, Pandora, Pan, Ymir, Paaliaq, Tarvos, Ijiraq, Suttungr,
Mundilfari, Albiorix, Skadi, Siarnaq, Thrymr, Narvi, Metone, Palene, Pollux,
Dafne, Aegir, Bebhionn, Bergelmir, Bestla, Farbauti, Fenrir, Fornjot, Hati,
Hyrokkin, Kari, Loge, Skoll, Surtur, Greip, Jarnsaxa, Tarqeq, Anthe (o Antea) y
Egeón.
Urano: 27 lunas: Cordelia, Ofelia, Bianca, Crésida, Desdémona,
Julieta, Porcia, Rosalinda, Mab, Belinda, Perdita, Puck, Cupido, Miranda,
Francisco, Ariel, Umbriel, Titania, Oberón, Calibán, Stefano, Trínculo,
Sicorax, Margarita, Próspero, Setebos y Ferdinando.
Neptuno: 13 lunas: Tritón, Nereida, Náyade (o Naiad), Talasa (o
Thalassa), Despina, Galatea, Larisa, Proteo, Halimede, Psámate, Sao, Laomedeia
y Neso.
Satélites artificiales
Los satélites artificiales forman parte importante de nuestras vidas,
permitiéndonos diversas labores cotidianas y científicas. Por ejemplo, cumplen
diversas funciones de telecomunicaciones. Por otro lado, fragmentos de los
mismas que constituyen la llamada “basura espacial”.
El primero en ser puesto en órbita fue el Sputnik 1, arrojado a la
atmósfera por la extinta Unión Soviética en 1957. Así se inauguró
formalmente la llamada “Carrera espacial”, una extensión de la Guerra Fría
(1947-1991) entre Estados Unidos y la URSS en el campo
científico astronómico.
Al primer satélite prosiguieron el Sputnik 2 y 3. En el segundo fue
abordo el primer ser
vivo en orbitar el planeta (y en morir en órbita, pues
no se hicieron planes para su retorno): una perra callejera rusa llamada Laika.
Desde entonces, numerosos países han colocado en órbita cientos de satélites
artificiales.
Los satélites artificiales tienen un tiempo de vida útil, después del cual cesan sus funciones. En algunos casos permanecen en órbita, deteriorándose paulatinamente hasta devenir basura espacial, parte de los fragmentos metálicos que rodean nuestro planeta. En otros casos sucumben a la gravedad y se desintegran en el roce contra la atmósfera.
Tipos de satélites artificiales
A grandes rasgos, los satélites artificiales se clasifican en dos:
- Satélites de observación. Para labores astronómicas o de geolocalización,
- Satélites de telecomunicaciones.
Sin embargo, de acuerdo a su función específica pueden distinguirse
varios subtipos:
- Satélites de comunicaciones. Empleados en labores de telefonía, radio, televisión, etc.
- Satélites meteorológicos. En observación constante del clima, de las condiciones atmosféricas y otros detalles importantes de
cartografía sin fines militares.
- Satélites de navegación. Necesarios para la geolocalización y el GPS.
- Satélites de reconocimiento. Llamados también satélites espía, se emplean con fines militares o de inteligencia.
- Satélites astronómicos. Sirven como telescopios en órbita para observar regiones del espacio exterior sin la intromisión de la atmósfera.
- Estaciones espaciales. Estructuras de mayor tamaño y complejidad
que los simples satélites, que permiten la vida en el espacio a los seres humanos y conducir allí experimentos científicos.
¿Cómo funcionan los satélites artificiales?
Los satélites artificiales deben ser puestos en órbita mediante
algún tipo de lanzamiento espacial, que una vez alcanzada
la región de la atmósfera deseada, abandona al artefacto para siempre. Aunque
hay cientos de órbitas posibles, generalmente los satélites se ubican en tres
tipos de trayectorias:
Órbita baja terrestre (Low Earth Orbit). Entre los 700 y los 1400
km de altura, con un período orbital de 80 a 150 minutos.
Órbita media terrestre (Medium Earth Orbit). Entre los 9000 y los
20.000 km de altura, con un período orbital de 10 a 14 horas.
Órbita alta terrestre (High Earth Orbit). A una altura de 37.786 km
sobre el ecuador terrestre, con un período orbital de 24 horas sobre el mismo
lugar del planeta.
Una vez en órbita, los satélites despliegan sus paneles solares, lo cual les permite captar energía del sol para enviar y
recibir información e instrucciones desde la Tierra, empleando para esto último
antenas microondas.
Satélites artificiales de la tierra
En la actualidad, nuestro planeta está siendo orbitado por más de
5.600 satélites artificiales de distinta naturaleza, así como por 21.000
fragmentos satelitales de más de 10 centímetros, unos 500.000 de alrededor de
un centímetro y más de mil millones de partículas de tamaño a un
centímetro.
Todo esto último compone la llamada “basura espacial” y representa un verdadero peligro para futuras misiones espaciales y futuros satélites. Esta basura espacial va desde guantes de astronautas hasta telescopios rotos y fragmentos de naves en desuso, tuercas, tornillos, fragmentos de materia, etc